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[Publicado en: Sitio web Bolívar Echeverría. Discurso crítico y filosofía de la cultura]

 

El discurso crítico de Marx de Bolívar Echeverría

 

Diana Fuentes

 


Bolívar Echeverría se ha convertido en uno de los teóricos marxistas más destacados de las últimas décadas. Su obra es ya uno de los referentes obligados del pensamiento latinoamericano, tanto por ser uno de los lectores más originales y penetrantes de la obra de Karl Marx de los últimos tiempos, como por su fina interpretación de los modos de lo que reconoce como estrategias de sobrevivencia ante la dinámica destructiva y desintegradora del capitalismo.

Sobre este segundo tópico, se debe destacar que la obra de Echeverría se bifurca por caminos que lo llevaron a la reflexión sobre la base material y, por tanto, tecnológica que dio paso a determinadas elecciones civilizatorias, que a su vez sentaron las bases de la modernidad-capitalista, hasta el tipo de estrategia –ethos– que se produjo específicamente en América Latina como manera de resistir a la devastación imperial. Para ello, Echeverría toma como sustento la descripción de Marx sobre la reproducción social en general y sobre la reproducción social capitalista, bajo la perspectiva de la centralidad de la contradicción entre la forma del valor de uso y la forma de valor. Es el discurso crítico de Marx, como él mismo lo llama, el horizonte desde el cual analiza los rasgos de la modernidad y lugar desde donde construye su propio pensamiento.

Se trata de ese Marx sobre el que, en sus cátedras en la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM), decía era el gran desconocido, pues detrás del ícono revolucionario, cuyo nombre aún hace temblar a los guardianes del estatus quo y cuya imagen se convirtió en estandarte e insignia ideológica, en verdad, se perpetúa hasta la fecha un profundo temor y desprecio de parte sus críticos, tanto como una amplia ignorancia sobre su pensamiento. Así lo demuestra el que su obra cumbre, El capital, ese proyecto que se convertiría en un “todo artístico” según afirmó él mismo, sea un texto al que escasamente se acude con seriedad, mientras que se hipostasian y se toman como elementos de análisis y crítica textos de más fácil acceso como El manifiesto del Partido Comunista o el Prólogo a la Contribución a la crítica de la economía política de 1859. Es por ello que es al Marx de El capital, a quien Bolívar Echeverría pretendió descifrar y de quien extrajo elementos básicos para su propia interpretación de la modernidad, su cultura y de sus alcances y límites. Ese es el objetivo principal de algunos de los de los ensayos que se recogen en su primer libro El discurso crítico de Marx, publicado originalmente en 1986; texto que no había vuelto a las imprentas hasta la reciente edición de 2017, a cargo del Fondo de Cultura Económica y de la editorial Ítaca. Esta última editorial es dirigida por David Moreno, quien también es responsable de la edición.

A diferencia de la edición original, el libro recoge los ensayos de la versión anterior del texto, colocándolos en un primer apartado, más una segunda parte, completamente nueva, en la que se integran dos textos que, si bien ya habían sido publicados en una revista y en un cuadernillo, eran muy difíciles de localizar, por ello, a pesar de haber sido redactados con posterioridad a los otros, corresponden a un mismo interés general y a una época de la producción del autor que los hace empatar con el sentido general de la obra. De este modo, esta nueva edición actualiza el libro y otorga nuevas claves de la producción teórica de Echeverría.

Sobre El discurso crítico de Marx se podría decir, con algunas salvedades, que no sólo es la primer obra de Echeverría, sino que es en verdad la obra fundamental de su pensamiento; en el mismo sentido en el que el sustantivo Grund del alemán, que remite al fundamento y al principio activo, sirvió a los editores del Instituto Marx-Engels-Lenin en 1939-41 para titular los manuscritos preparatorios de Marx a El capital como Grundrisse. Es decir, se trata de los cimientos, en este caso del discurso y de la articulación argumental, y, al mismo tiempo, de aquello que funciona como principio agente que da potencia crítica del mismo. Dicho de otro modo, en El discurso crítico de Marx, hallamos los ejes cardinales de la lectura de Echeverría sobre la obra del treverino, así como los principios desde los cuales fundamenta su particular insistencia en la centralidad de la contradicción entre valor de uso y valor, y su original contribución a la interpretación del proceso de reproducción social, derivada de la relación metabólica entre el ser humano y la naturaleza en tanto proceso que de forma simultánea reproduce al ser humano en un plano semiótico, es decir, en el plano en el que da y encuentra sentido a su mundo.

De esta manera, los ensayos que integran la actual versión de El discurso crítico de Marx muestran la madurez del autor desde esa temprana época y revelan algunas de las influencias fundamentales de su pensamiento. Evidentemente, en primer orden la del propio Marx, sobre quien Echeverría trabajó para esclarecer el gran proyecto de interpretación, explicación y comprensión del modo de producción capitalista como se muestra en El capital. Bajo la convicción de que esta obra que, a pesar de ser inconclusa puesto que Marx murió antes de lograr concretar sus objetivos, contiene una perspectiva de totalidad sobre la manera en la que se produce y se reproduce la vida material en las sociedades contemporáneas. Es, la mirada de Marx, pensaría Echeverría, una suerte de gran angular del que sólo nos podemos apropiar al leer el texto desde una perspectiva integral, es decir, mostrando los distintos momentos de su análisis para comprender no sólo la lógica y los fundamentos epistémicos con los que trabaja, sino, sobre todo, para observar cómo es que construye un discurso que se pone como objetivo hacer una crítica radical de la realidad desde las contradicciones que el propio discurso es capaz de develar en ella. Por ello es que para Echeverría era tan relevante comprender El capital como una obra total, así como esclarecer las partes que lo integran y los distintos momentos argumentales en ella. En ese empeño se juega, en buena medida, su apuesta por comprender el discurso crítico como una forma de explicación de la realidad que de suyo o de forma intrínseca supone la posibilidad histórica de subvertir esa realidad y de darle un cause radicalmente distinto.

Por esto es que una buena parte de El discurso crítico de Marx está dedicado al estudio del sentido del quehacer teórico del treverino, a la esquematización de los distintos momentos expositivos de El capital, a la comprensión de las contradicciones inherentes al sistema capitalista y sus efectos, y a ciertos debates derivados de algunas de las problemáticas relacionadas con el sentido político de la crítica y con sus posibilidades emancipatorias. Aspectos todos centrales para una lectura que pretenda hacer de la crítica de la economía política un proyecto abierto, capaz de atender y dar cuenta de los problemas contemporáneos.

Por todo esto, El discurso crítico de Marx es un libro que cobra una importantísima actualidad, pues se instala en la renovada necesidad de una lectura profunda y creativa de la obra de Marx, que ponga en cuestionamiento la presupuesta y tan aceptada inevitabilidad del hecho capitalista.

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